Albariño ha comenzado a ser sinónimo de vino blanco uruguayo. La cepa está muy adaptada a nuestro clima. Los agrónomos se sorprenden de los buenos resultados que se obtienen: es muy resistente, alcanza muy buena madurez, da poco trabajo en la viña, aguanta lluvia y humedad. Amarillo pálido y brillante con reflejos dorados. Fresco con notas cítricas que combinan el damasco, pomelo y la piel de naranja con un toque floral. Fresco y cremoso con un final medio y equilibrado.